Hace ya algunos cursos escolares que nos planteamos alguna actividad complementaria a las
terapias para alumnos con problemas de movilidad. Aparentemente parecía peligroso, pero
comparando los riesgos y los beneficios, el balance se orientaba a favor de esta actividad
terapéutica. El disfrute de l@s chic@s, la emoción de interactuar en un entorno externo, que
vivían como una aventura, nos orientó a repetir la experiencia durante varios cursos escolares.
No todos los días se pueden realizar los ejercicios de fisioterapia con el valor añadido de un
asistente con tanta empatía y nobleza como el caballo, acostumbrado ya a la presencia de los
niños de nuestro centro educativo.
Como beneficios directos podemos hablar de relajación de la musculatura de las piernas,
coordinación de los brazos y más fuerza en el tronco para guardar el equilibrio. Como
beneficios personales…. la magnífica relación de simbiosis y cariño que se establece entre
animal y el niño, que no tiene comparación posible por la educación en valores que ello
supone. Los días de hipoterapia…¡¡ siempre han pasado muy rápido!!. Bien por nuestros
grandes y valientes jinetes.
Me parece una estupenda iniciativa. Darío lleva varios años practicando. El contacto entre animal y niño es muy positivo. Darío siempre ofrece comida como premio. A nivel físico relaja piernas y brazos, aunque en este aspecto la hidroterapia lo supera
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